Final al curso 2017/2018


Por fin llegó ese día tan deseado por todos los estudiantes, y de paso, de los profesores. Este curso ha sido muy especial para mí. De los tres años que llevo como docente interino en la escuela pública del País Vasco este ha sido en el que más centros diferentes he visto y en el que he visto situaciones y realidades muy diversas.

Vamos por partes, este curso he estado en la friolera de diez colegios diferentes, con la curiosidad de que en dos de ellos he repetido; dicho de otro modo, este año he realizado doce suplencias diferentes.

Afortunadamente para mí, algunas de estas doce suplencias han sido bastante largas. Guardo con gran cariño esos dos meses en un colegio vitoriano y todo un trimestre en Zumaia. Si bien es cierto que no se acerca de momento a la casi totalidad del curso anterior, que la hice en un colegio alavés del que nunca me olvidaré y del que guardo muy buenos recuerdos, siempre se agradecen las bajas medianamente largas.

Pero no todo ha sido bueno este curso. A finales del primer trimestre estuve por un tiempo en un colegio con una metodología completamente diferente a la habitual, por lo que me sentí perdido. Para colmo, nadie me quiso/pudo explicar cómo realizar correctamente mi labor, por lo que lo hice lo mejor posible, aunque imagino que no lo hice bien. 

Además, he estado todo el tercer trimestre de la ceca a la meca, por lo que se puede decir que he ejercido más bien poco. Es cierto que no me ha faltado el trabajo, pero al haber estado en tantos colegios en tan poco tiempo (lo que supone que son bajas muy cortas) se ha traducido en que he enseñado poco o nada más allá de lo que me hubiesen planificado o algún que otro pequeño detalle que haya sido capaz de enseñar. Como dato anecdótico, de las doce bajas que he suplido este año, ocho han sido durante el último trimestre.

En definitiva, que ahora toca empezar las vacaciones de verano y a finales de agosto ya empezaré a saber qué será de mí durante el curso académico 2018/2019.

Mi valoración del E3 2018


Ha terminado el E3 de este año. El evento más importante del mundo gamer, y creo que no estaría mal comentaros un poco mi punto de vista sobre lo que nos ha dejado.

Lo primero de todo es anunciar ese detalle "morboso" de la guerra de las marcas. A mi parecer, la ganadora de este año es Microsoft y su Xbox One. Ya era hora, puesto que en esta generación Sony y su Ps4 han ido siempre un paso por delante de la consola anteriormente citada.

Pese a que la Xbox tiende a perder siempre la batalla con PS4 en cuanto a juegos exclusivos (motivo por el cual gran parte del público se decanta por una consola u otra), este año han presentado varios juegos en primicia mundial. Vamos, que varios juegos con buena pinta se estrenarán antes en la consola de Microsoft que en cualquier otra plataforma.

Nintendo, por su parte, sigue a su rollo. Siempre se sale de lo habitual y parece ser que no quiere aprender. Su conferencia, que siempre se hace grabada y se presenta mediante el Nintendo Direct, poca sorpresa nos deparó. Vale que nos habló un poco de Pokemon Let's Go, pero creo que la conferencia se ha centrado demasiado en el Super Smash Bros de Nintendo Switch. Vale que es el juego insignia para Nintendo este 2018, pero podrían haber hablado un poco más del resto de títulos.

La conferencia de Sony, por su lado, ha sido bastante sosa. Poca sorpresa y mucha previsión. Sin embargo, han dado buena cuenta de sus futuros juegos exclusivos, del que me gustaría resaltar The Last of Us 2, secuela de uno de los grandes títulos que recientemente estrenó la Ps4. Lástima que no pueda jugarse en PC, porque no creo que me compre una consola de esta generación.

Hablando de consolas, parece ser que la generación actual ya está bastante agotada. Varios títulos parecen estar alcanzando y/o superando los límites de las máquinas, hecho por el cual tanto Sony como Microsoft se vieron obligadas a sacar una versión mejorada de su máquina en el pasado E3, nombrándolas Ps4 Pro y Xbox One X respectivamente. Creo que el año que viene se nos presentará la próxima generación de consolas, que especulo que saldrán a la venta para la campaña navideña del 2019.

Hablando de dicha próxima generación, he leído en algunas webs que dicen que podría ser la última generación, y que a partir de ahí las compañías simplemente irán actualizando las versiones y/o se podrá empezar a jugar desde la nube con un perfecto streaming. Me gusta mucho esa idea, sí. Pero o no me enteré demasiado bien de ese funcionamiento o no me lo termino de creer. Los videojuegos siempre necesitarán de un aparato físico (ya sea consola o PC) para poder funcionar correctamente; porque los televisores no son lo suficientemente potentes como para poder moverlos sin ayuda externa (al menos de momento). Sin embargo, por mucho que los televisores mejorasen hasta esos límites, lo que se conseguiría es crear diferentes generaciones de televisiones cada vez más potentes capaces de mover los cada vez más exigentes videojuegos. Vamos, que pasaría de ser una Play Station o una Xbox a ser una TVStation o una TVBox o algo así.

Por último, no quiero terminar esta extensa reseña sin mencionar los títulos que más me han atraído en este E3 y lo que he echado en falta. El próximo juego de Tomb Raider tiene una pinta increíble. Es el final de la trilogía y se nota. Estoy deseando ponerle el guante. De hecho, esta vez he querido comprármelo desde el momento de su salida sin esperar a rebajas de Steam como hice la vez anterior, y me he comprado el que tiene todos los DLC (sé que me he gastado demasiado en este videojuego, pero con los otros dos me habré gastado un máximo de 30€ o así). Aparte, el Jump Force tiene un aire de DragonBall Budokai Tenkaichi pero con crossovers de tres franquicias diferentes: DragonBall, One Piece y Naruto. Sin embargo, hay un gran juego que no he visto en el E3, y eso que esperaba muchas noticias del mismo. ¿Qué ha sido del Age of Empires IV? El año pasado nos dejaron con la miel en los labios con ese teaser fabuloso... y este año parece ser que se han olvidado de él. ¿Por qué?

Y vosotros, ¿qué opinión tenéis del E3? ¿La misma que la mía? ¿Diferente? Me gustaría poder leer vuestros comentarios

Valoración de la temporada de F1 tras el GP de Canadá

Parece ser que debería cambiar el nombre de éste blog por Fórmula Palomitera. Pero esque tras el GP de Canadá no puedo ni quiero estar callado. Me siento engañado por esta temporada.

Las primeras carreras fueron apasionantes. Una F1 como hacía mucho que no se veía. Australia, Bahrein, China y Azerbaiyán nos dejaron cuatro carreras para el recuerdo. Estrategias muy diferentes, adelantamientos, choques, coches de seguridad... todos los ingredientes se mezclaban para hacer de las carreras algo memorable.

Luego llegó España. La primera carrera aburrida de la temporada. Le siguió Mónaco, que como siempre es un aburrimiento siempre y cuando no haya coches de seguridad. Este fin de semana fue la carrera de Canadá.

Imprevisiblemente, esta carrera también fue muy aburrida. No lo entiendo, ya que Canadá no es el perfil de carrera aburrido. De este sopor de carrera saco varias conclusiones, que iré detallando en los párrafos sucesivos.

Lo primero de todo son las gomas. Pirelli toma al aficionado de F1 por tonto y creo que lo consigue. Ya no hay neumáticos duros, medios y blandos. Ahora hay cuatro o cinco grados diferentes de los blandos, y luego los duros y los medios de toda la vida que no se cuándo se usarán. Pero luego te das cuenta que el neumático más blando de todos los juegos te vale para medio Mónaco o para veinte vueltas en Canadá.

Será que estoy anticuado, pero si hay cuatro compuestos "blandos", en mi cabeza cabe pensar que el más blando de todos ellos debería durar un máximo de seis o siete vueltas en niveles competitivos. Vamos, lo que se podría considerar como un neumático clasificatorio. ¡Pero dura veinte! Pirelli, por favor, o mejoras tus neumáticos o me das dos pares para mi coche, que no tendré que cambiar neumáticos en diez años. Pero me los das con dibujo, por favor.

Otra cosa que no me gusta nada es que ya no creo que el piloto sea tan importante en la F1. Muchas veces los ingenieros parecen tener más importancia que el propio piloto. Prohibir la comunicación por radio a no ser que sea extrictamente necesaria por fallo del coche sería algo muy a tener en cuenta. Se nota cuándo los pilotos están gestionando su coche (desgaste de neumáticos, gasolina y distancia) y cuándo está realmente compitiendo. En serio, con unos coches "analógicos" sería mucho más interesante. Creo que tanta tecnología es contraproducente. Sí, la F1 es mucho más segura ahora y todos nos alegramos por ello, pero creo que el precio está siendo demasiado alto.

Si alguien me pregunta cómo me gustaría la F1, mi respuesta es bien clara. Se basa en estas pocas normas:
  1. Que vuelva la clasificación a una única vuelta
  2. Neumáticos blandos de verdad. Quiero que el compuesto más duro te dure una media de treinta vueltas si los cuidas bien.
  3. Prohibir las comunicaciones por radio a no ser que sea por motivo realmente importante.
  4. Que metan ya los motores de 2021, la era híbrida/turbo no me gusta nada.
Con todo, espero que el GP de Hungría no se asemeje a estos últimos tres grandes premios. Si es así de aburrido, creo que me arrepentiré enormemente de no acudir este año a la Euskal Encounter.


Formula 1: Mi corazón está cambiando de color

Este año volveré a la F1. Ya lo dije en su día a través de Facebook e Instagram si mal no recuerdo. Estoy como un niño con juguete nuevo, si he de ser sincero. Esta temporada promete interesante con varias luchas bastante niveladas (para lo que ha venido siendo la F1 estos últimos años).

Ya fui hace unos años con un buen amigo mío al Circuit de Catalunya y realmente disfruté de la experiencia. Imaginaba que no iba a volver nunca a un circuito de F1, y mucho menos que fuese a viajar hasta Hungría; pero bueno, la F1 no siempre es tan interesante como en 2018 y hay que aprovechar. Sin embargo, también voy a la F1 en un momento personal un tanto curioso. Los que ya me conozcáis, sabréis que soy un gran fan de McLaren desde los tiempos de Mika Häkkinen y David Coulthard. Sin embargo, ya desde hace un año y medio esta mítica escudería está empezando a desencantarme (y esto es el motivo del título de la entrada).

Será tal vez que el hecho de que Fernando Alonso esté en la escudería hace que toda la prensa española hable demasiado de McLaren y sea más bien subjetiva a la hora de dar las noticias. El hecho es que debido a las contínuas desavenencias entre McLaren y Honda, este año decidieron "divorciarse" y emprender caminos en solitarios. Decisión que, dicho sea de paso, ayudó a afirmar lo que yo ya me temía desde hace año y medio: Todos los problemas de la escudería británica no era del motor nipón. McLaren lleva tiempo sin hacer las cosas bien, y si quiere revertir la situación necesita hacer una auténtica autoevaluación y cambiar su rumbo. Del mismo modo, necesita de un patrocinador principal que meta los billetes que Honda ha dejado de meter.

Por otro lado, tengo a RedBull. Cuando la bebida energética decidió entrar en la F1 la verdad es que no me terminó de gustar. Sin embargo, el hecho de que David Coulthard ocupase uno de sus asientos minimizó mi odio para con la escudería. Los años han ido pasando y ahora es una de las tres grandes escuderías, si bien llevan un tiempo un paso por detrás de Ferrari y Mercedes. Y este año le están arrebatando a McLaren el puesto de preferencia que hasta ahora han tenido en mi corazón automovilístico.

Como dato adicional, en cierto modo estoy deseando que RedBull tenga la valentía de cambiar su motor el año que viene y empezar la trayectoria con Honda. Si eso sucede, y si RedBull gana calidad en vez de irse al garete como toda la prensa española está deseando, McLaren será historia para mí mientras no corrija sus errores y haga una crítica razonable de su chasis. 

No terminaré esta entrada sino diciendo que en otra ocasión hablaré más en profundidad de la F1 y de mi opinión para con éste deporte.